Salvatore sonríe, ocultando su enojó y luego le dice. —¿Y dónde está tú amor?
—es un amor imposible señor Salvatore, y aunque lo es, en mi corazón él está impregnado, tan solo deseo que sea feliz— Mía baja su mirada, recordar a Liam, la entristece
—no sufras preciosa Mía— Salvatore se acerca a la mesa, corre la silla y se sienta cerca a ella, lo cual hace sentir a Mía algo incómoda
—por favor, mantenga la distancia, no quiero ser grosera con usted
—quiero que confíes en mí, soy un hombre humilde que su corazón ha sido golpeado, y aún así, sigo siendo bueno aunque me han rechazado y desterrado de la manera más vil, ahora que te conocí, mi corazón volvió a creer en el amor — esboza una sonrisa que Mía no pudo evitar mirarlo —no te voy a obligar a que me ames, ese no soy yo, ¿Te parece si nos conocemos más?
—yo…— Mía quiere rechazarlo
—descuida— la toma de la mano derecha y luego, deja un casto beso en ella. Mientras Mía lo observa en silencio —quiero ser un hombre que se robe tu cora