22. ¿Confías en mí?
El comunicador en mi oído crepitó con la voz tensa de Sarah.
—Piper, tu ritmo cardíaco se aceleró. ¿Todo bien?
Mantuve mi expresión neutral mientras los tres empleados controlados se acercaban lentamente, como depredadores rodeando presa herida.
—Solo una reunión muy... productiva —murmuré.
El alcalde se acercó a su ventana, dándome la espalda con esa confianza casual que solo tienen las personas que saben que controlan completamente la situación.
—Piper, estos colegas van a acompañarte de vuelta a tu oficina. Van a ayudarte a... reorganizar tus prioridades.
Maya-que-no-era-Maya dio otro paso hacia mí, y pude ver esos hilos plateados extendiéndose desde ella hacia mis brazos, tratando de establecer conexión.
Fue exactamente el momento equivocado para que Logan decidiera que había esperado suficiente.
La puerta de la oficina explotó hacia adentro con fuerza suficiente para arrancarla de sus bisagras. Logan irrumpió en la habitación con los ojos brillando dorado y los caninos parcialmen