Perdida

P.E.R.F.E.C.T.O.

Faltaban alrededor de 10 minutos para las 8:30 y yo todavia andaba perdida en los pasillos de sste lugar. ¿Lo peor? No había ni un alma para preguntar a mi alrededor por lo que la única opción que me quedaba era seguir buscando el camino correcto hacia la dichosa biblioteca.

Definitivamente odiaba a Gib y a Victoria. Todo era su culpa.

5 minutos enteros camine por los pasillos de esta casa, y 5 minutos enteros me sentí como una tonta, era como la vigésima puerta que abría y solo era otro estudio vacío.

Tamara se iba a molestar conmigo.

Me había repetido tanto que odiaba la impuntualidad y aqui estaba yo, perdida y sin ideas. Un suspiro sale de mi boca mientras doy vueltas sobre mi eje a todos lados sin saber qué hacer. Afortunafamente y graciasa los cielos , al otro lado del pasillo aparece Myles observando su telefono, apenas levanta la mirada sonríe ampliamente y me saluda- Buenos días señorita citadina ¿Como dormiste?

-Mal- le respondo toscamente, el solo levanta una ceja divertido. Casi y solo casi se veia como si estuviera acostumbrado- ¿Recuerdas lo que me dijiste ayer? ¿Que me vas a ayudar a encontrar él camino?

El parece confundido con mi pregunta pero termina respondiendo con una media sonrisa unos segundos despues- Ehhh…si, ¿que sucede?

-¿Me podrías decir donde queda la biblioteca? Se supone que me debía encontrar con Tamara allí hace 10 minutos pero ciertas personas creyeron que sería divertido enviarme a quien sabe donde- la molestia irradiaba de mi, y él lo estaba pagando injustamente, lo se, pero ¿que podía hacer yo? Hasta yo misma me fastidiaba.

- ¿Esos alguien fueron los mellizos?- dice y yo asiento, él suelta un suspiro revolviéndose el cabello rubio- Lo suponía, siempre hacen lo mismo. Ven te llevaré.

-Gracias

- ¿Entonces, mal?- su voz adquiere ese tono de diversión y la sonrisa vuelve a aparecer en sus labios, parece leer la confusión en mi cara porque aclara- ¿Dormiste bien?

Dejo salir un suspiro de resignación que lo hace reír- En realidad no, mi irritación también es por la falta de sueño. Disculpame si estoy de malas todo el día.

-Creo que ya me estoy acostumbrando a ello- dice volteando a mirarme. Si, debía disculparme también por ayer.

-Vale, con respecto a ayer lo siento. Se que no es una excusa muy válida pero es que soy un tanto...

-¿Cerrada?- Trata de ayudarme a completar la frase cuando me quedo unos segundos en silencio sin encontrar la palabra.

- Eso sería quedarse corto, es más como hermética- mi rostro hace una mueca de disgusto que lo hace volver a reír, él era todo risas a todo momento y bueno, en este momento como que necesitaba un poco de esa buena vibra - Además estos dos días han sido una joyita..

Ambos nos quedamos en silencio unos momentos, hasta que él decide romperlo- No se si se me está permitido preguntar o no- Ante ello no puedo evitar reír.

Ambos doblamos en una esquina y automáticamente me detengo. Tamara está frente a una de las puertas del pasillo mirando su reloj, definitivamente molesta.

-Lo siento Tamara, es que no sabia donde era la biblioteca y me perdí- le digo nada más llegar a ella. Tratando de excusarme, porque si algo había aprendido ayer era que ella era él jefe final de este lugar.

Posa las manos en su cadera en forma de reproche- Ya van a ser las 9, en esta casa viven otras 8 personas ¿Cómo es que vas a estar perdida sin encontrarte con nadie?

-No es que no se haya encontrado con nadie Tamara, el problema es con quienes se encontró- Myles trata de ayudarme- A ciertas personas se les ocurrió enviarla al ala este, y decirle que allí estaba la biblioteca.

-No me digas que otra vez....- Ella no termina la frase por que Myles ya está asintiendo, supongo que no jugaba con que acostumbran a hacer esto- muy bien, hablaré con ellos una vez termine aquí, gracias Myles.

-No hay de que- El se despide de mí con la mano y se va por el pasillo con un "las veo luego".

Ambas pasamos por las puertas y me quedo sorprendida por milecima vez. La biblioteca era gigante y hermosa (como todo en este lugar), tres paredes de varios pisos repletas de libros de lado a lado, escaleras de madera en caracol junto a la puerta que llevaban a los pasillos superiores de cada piso, sillones y sofas negros en el centro con una mesita de te entre ellos, y en el piso una alfombra muy hermosa color escarlata. Un gran ventanal se cernía en frente de la puerta que daba con el patio trasero.

Tamara se sienta en uno de los sillones y me hace señas para que tome asiento junto a ella lo cual hago- Aristo me contó que no sabes nada ¿Es cierto?

- Honestamente no sabía de su existencia hasta hace 1 semana- Ella asiente ante mis palabras con los labios fruncidos. Sus ojos claros no se despegaba de los míos, como tratando de leerme y analizarme, era inquietante lo comoda que me sentía con ello. Normalmente ya estaria a la defensiva pero al contrario me sentia tranquila y mas impactantemente me sentia abierta a ella- Yo...tengo muchas preguntas, Tamara.

- Dadas las circunstancias creo que es normal que las tengas- Me responde con una expresion neutra, un rayo de preocupación alcanzo a vislumbrar en sus ojos pero tan breve como un espejismo. Su voz cambia un poco, mas grave, mas seria, mas solemne- Tesla, este lugar tiene muchos secretos, las personas que viven en el y pertenecen a él tambien. Hay cosas que te puedo contar ahora y otras más adelante, por lo que quiero que me prometas que por mas irreal e ilógico que te parezca lo que te diga o cuente no te lo vas a tomar como broma ¿Puedes hacerlo?

Dudo unos segundos, pero en sus ojos veo una gravedad que no me permite dar marcha atrás y antes de que pueda pensarlo dos veces me encuentro respondiendole- Lo prometo.

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