Capítulo 23. La Cuerda Floja.
Capítulo 23.
La Cuerda Floja.
La ciudad se siente como un laberinto diseñado solo para ella, con cada calle terminando en un muro de piedra. Kaitlyn respira el aire frío de la incertidumbre. Han pasado varias semanas desde la cena de cumpleaños; el divorcio está en proceso, lento y doloroso, y la prensa sigue alimentando el escándalo con la información filtrada por los abogados de la familia Fernier.
El 25% de la liquidación que Fernando se vio obligado a darle, fruto de la presión de Máximo y del padre de Fernando para evitar un juicio más humillante, solo sirve para postergar lo inevitable. Necesita algo estable, un inicio de vida real. Pero Fernando, incluso desde la distancia y con su reputación hecha trizas, insiste en cerrarle las puertas.
Ella ha agotado las opciones en el ámbito educativo. Su nombre, asociado al escándalo y al apellido Fernier, es un veneno. Ha bajado el listón. Un restaurante, una cafetería, cualquier cosa que le dé un salario semanal.
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