Capítulo 17: Confrontación y Confesión.
Noah y Amelia se dirigieron directamente al restaurante donde ella había encontrado empleo hacía apenas un mes.
El ambiente, bullicioso y lleno del aroma a especias y café, contrastaba con la tensión que los acompañaba.
Enzo, el dueño, un hombre joven y de semblante afable, los vio entrar. Su sonrisa se desvaneció al notar la solemnidad en los rostros de Noah y Amelia, y la inquebrantable cercanía del magnate.
Se acercó a ellos, la preocupación marcando su frente. Cuando llegó, le dio un beso suave en la mejilla a Amelia, un gesto de calidez que no pasó desapercibido para Noah.
La mirada del magnate se endureció al instante, como si quisiera fulminar a Enzo, pero no se separó del lado de Amelia, manteniendo una presencia imponente.
—Enzo, vengo a renunciar —dijo Amelia, su voz un murmullo apesadumbrado.
El rostro de Enzo palideció.
—¿Cómo? ¡Amelia, no puedes! Si eres una de mis mejores empleadas, la gente te adora.
—No exageres —replicó Amelia con una sonrisa forzada, intentando alige