Capítulo 168: Su mano derecha.
Angelo caminaba en los largos pasillos del museo de su familia y que él había heredado, los Benedetto eran de la clase alta, su especialidad, eran las artes; él había aprendido a amarlas desde que era muy pequeño, admiraba mucho la mano talentosa de un gran artista, el mismo lo era, aunque, debía reconocer, no era tan talentoso como Victoria Bianchi, la amada esposa de Lorenzo Visconti, cuyas obras eran las que se hallaba admirando en esos momentos.
— Fascinante, ¿No lo crees? — la voz de Haruka Sato lo arrebató de sus pensamientos.
El medio japones estaba admirando la misma pintura que él.
— Si, Victoria es realmente una mujer brillante. — admitió Angelo sin mirar a aquel hombre.
— Sabes, es curioso que los Benedetto exhiban su arte, podría decir que solo lo haces por es una buena amiga tuya. — dijo Haruka con burla.
Eran bien sabido que la familia de Angelo era bastante exigente; nunca aceptaban a artistas relativamente nuevos.
— No, Victoria se ganó el mérito por sí misma, mi padre