Lorenzo sonrió mientras sostenía a aquella pequeña criatura en sus manos, miraba como lloraba y gritaba recibiendo por vez primera oxígeno en sus pequeños pulmones, habían sido horas largas…demasiado largas, aquel pequeño ser sin duda había dado una guerra sorprendente…parecía realmente estar experimentado un gran enfado al separarse de su madre, su sonrisa se extendió de oreja a oreja…y el…se sintió el hombre más dichoso al ver a aquel ser que nació del gran amor entre él y Victoria.

Lágrimas comenzaron a caer desde sus hermosos ojos zafiro que se inundaron de ellas, alzando su vista pudo ver a Victoria sonriéndole, lucia tan hermosa como siempre en medio de su mucho cansancio, lo había hecho magníficamente…poniéndose de pie con aquel pedacito de su vida y amor, dejó que Victoria lo sostuviera por primera vez, ella, había comenzado a llorar de felicidad al igual que él.

— Es un varón hermoso en perfecto estado de salud, felicidades mi amor. — dijo Lorenzo besando los labios de Victor