Arrodillándose frente a Satán, frente a Lorenzo, el líder y el hermano al que tanto amaba, Franco elevo su mirada para verlo directo a aquellos cansados y sufridos ojos de zafiro.

— No me iré de tu lado Lorenzo, desobedeceré por primera vez tus ordenes…no es mi deseo dejarte solo en esto…así que no lo hare, eres mi líder…pero más que eso…eres mi hermano…permíteme quedarme a tu lado hasta el final, permíteme ser tu mano derecha como siempre he sido, déjame compartir tu dolor porque tambien es mío, déjame lanzar un grito de venganza en tu nombre…déjame verte triunfar sobre aquel al que odiarás por siempre, permíteme permanecer a tu lado. — suplicó Franco.

Laurent miraba a aquel hombre arrodillado frente a su hermano menor desde las escaleras, no había pronunciado palabra alguna, realmente se sentía conmovido por la fidelidad de los hombres de su hermano…todos estaban dispuestos a dar la vida por el…sonriendo, se sintió muy orgulloso del gran hombre en que se había convertido Lorenzo…est