22.

Los ojos de Eros se posaron sobre el cuerpo de su mate, de su Gea. Se había preguntado el porqué Xel salió de la habitación tan de prisa. Parecía enojado.

Cuando los encontró a ambos abrazados en su corazón se había hecho un hueco, ella y él tenían algo que él nunca pudo tener con Gea, pero que aspiraba a tener. La quería solo para él aunque eso implicaba tener que aguantar sus reproches.

Vio en la habitación a dos extrañas y a Gray quien antes era su delta. Gray Hawking era una de las mejores personas que había conocido, muy avivado, pero que solía mantenerse siempre en silencio. Su cabeza, corazón y alma cargaban muchas cosas, no era necesario ser cercano a él para saber que era una persona leal. Lo demostraba.

—Gray, explícame qué le pasó a mi luna. —El mencionado miró con atenci

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