Despertó a mitad del día a causa de una pesadilla.
El día anterior, gracias al alcohol y el cansancio, se había quedado profundamente dormida y ni siquiera recordaba si había soñado algo, pero esa mañana le había costado mucho conciliar el sueño y cuando finalmente lo logró su mente decidió reproducir las terribles imágenes de las ultimas noches y el ruido del taladro que bien pudo haberla dejado tuerta.
Cuando abrió los ojos se encontró en una habitación muy distinta a la que había ocupado toda su vida en casa de sus padres y las camas vacías hacían tanto escandalo al gritarle que estaba completamente sola a mitad de la nada que no fue capaz de volver a quedarse dormida.
Tenía los ojos bien abiertos cuando les dieron el anuncio de los diez minutos, así que sólo suspiró resignada y se arrastró a lavarse la cara y ordenar su cabello.
Salió en el tiempo estipulado.
Le sorprendió que Darío la saludara con un gesto cuando se encontraron el pasillo