Capítulo 7. Arruíname Papi.
~Lira~
No hablé durante el desayuno, tampoco comí. Solo me senté ahí, como un maldito fantasma en una bata de seda que se aferraba demasiado a mi piel sobrecalentada, tratando de no respirar demasiado fuerte ni moverme mucho. Intentando convencerme de que el té en mi mano estaba caliente, que mi cuerpo no estaba sonrojado por el recuerdo, por el dolor, por él. Pero era una mentira, todo. Porque mis muslos ya estaban húmedos, mi coño palpitaba, y cada respiración que llegaba a mis pulmones estaba contaminada con su olor.
Al otro lado de la mesa, Natasha hacía lo que mejor hacía… hablar sin parar como si nunca la hubieran callado a la fuerza. Se echó el cabello por encima del hombro, revisando su teléfono como si estuviera lanzando hechizos con cada deslizamiento.
—Entonces, estaba pensando en la casa del lago para mi cumpleaños. Algo elegante, algo digno de la Luna, ¿sabes? Pero también sexy, así como dales Diosa, pero que sea porno.
Hizo una pausa, esperando mi reacción, pero no le di