Capítulo 64. Mordida de posesión.
—Sí, Papi... por favor... joder... hazlo... haz lo que sea... solo no pares...
La nalgueé de nuevo. Su trasero se estremeció, su coño se contrajo y mi polla palpitó.
—Eso es —gruñí—. Eres mi muñeca perfecta para follar, mi pequeño y apretado agujero para correrme. Lo vas a tomar todo, cada gota, cada carga, cada centímetro. Ahora me perteneces y nunca te dejaré ir. No tienes ni puta idea de lo que quiero hacerte, Lira.
Volví a embestir, más fuerte esta vez. Su grito se quebró como el cristal, su coño se apretó a mi alrededor como una prensa, empapado y temblando, pidiendo más, incluso cuando se sacudía como si no pudiera soportarlo.
—Quiero encadenarte a mi cama.
Embestida.
—Dejarte desnuda por días.
Embestida.
—Poner un collar alrededor de tu cuello y solo quitártelo para ahorcarte mientras follo tu garganta.
Ella gimió, no, lloró, con los ojos muy abiertos y la lengua fuera, babeando mientras su coño hacía ruidos a mi alrededor, ordeñándome como si su cuerpo fuera adicto.
—Quiero des