~Lira~
El golpe volvió a sonar. BANG. BANG. BANG.
—¡Abre la maldita puerta, perra! ¡Tenemos que orinar!
Voces. Borrachas. Fuertes. Zorrillas. Eso significa que eran solo chicas que bebían.
Me bajé del mostrador, pero apenas mis pies tocaron el suelo, mis piernas se doblaron. Mi coño todavía se contraía con el fantasma de mi orgasmo, y mi clítoris estaba tan sensible que me dolía.
—Mierda —susurré por lo bajo, agarrando el mostrador para mantener el equilibrio.
Me limpié con manos temblorosas, pero fue inútil. Todavía estaba mojada. Todavía goteando. Mis muslos internos estaban brillantes. Mi olor llenaba la habitación como calor.
Damián.
Su nombre volvió a latir en mi pecho.
Me incliné rápidamente, agarré las bragas arruinadas del suelo, las miré por un segundo, luego las metí en la basura como si fueran pruebas.
Otro golpe. Más fuerte esta vez.
—¿Estás muerta ahí dentro o solo te estás ahogando en tu propio semen? —rió una de las chicas desde afuera.
Mi cara ardió.
Me pasé una mano po