Punto de vista de Mario:
Tuve 35 años cuando murí.
Morí en un accidente de coche organizado por Adriana, y me quemé vivo junto con varios de sus amantes.
Solo en mis últimos momentos me di cuenta de que no había perdido solo a Rosalía, sino también mi dignidad, mi familia y todo lo que tenía.
Mientras el auto volvía por los aires, todo lo que podía ver en mi mente era el rostro de Rosalía. La mujer que había lastimado incontables veces, la que al final me miró con desesperación desde las llamas cuando también fue quemada viva.
Fue entonces cuando entendí que ella era la única que me amaba de verdad. Yo había arruinado todo.
Cuando abrí los ojos de nuevo, volví a tener 28 años: un año después de que me nombraran subjefe del clan.
Me alegré muchísimo, pensando que Dios me había dado una oportunidad para empezar de cero.
Esta vez, mantendría a Rosalía firmemente a mi lado y nunca la dejaría marchar. Estaría con ella como debe ser, protegería nuestro amor y la trataría dos veces me