Mundo ficciónIniciar sesiónElara
Mi madre, al ver mi pánico, corre hacia mí. Intento respirar a pesar de la opresión en mi pecho. No me deja ir a casa. ¿Significa eso que me están desterrando porque no tengo lobo? ¿Lo sabe? ¿Lo descubrió?
—¿Qué le hiciste? —exige mi madre.
—Nada, tienes cinco minutos —le dice antes de salir de la habitación y cerrar la puerta.
—Cálmate, Ellie, respira —me dice mi madre, colocando sus manos a los lados de mi rostro, intentando detener mi ataque de pánico—. Respira, pequeña, respira —me urge, tratando de anclarme.
—Me está obligando a dejarte. Lo sabe —gimo.
—No lo sabe, pero te quedarás en la Casa de la Manada con él hasta que pueda confiarse en mí —sacudo la cabeza y su agarre se tensa







