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Maciel llegó, minutos después, con Anastasia, Elizabeth sintió aquel frío en la barriga... eran celos y odio que parecían querer sofocar por dentro.
- Necesito retocarme el lápiz labial, con permiso. - Elizabeth avisó.
- Claro princesa.
Ella salió de la mesa bastante rápido, antes de que él la viera con Fernando, entró en el baño y respiró hondo...
Elizabeth
¡No puedo ser débil, esa vieja cabra no me domina... soy yo... yo que doy las cartas!
[...]
Anastasia era muy astuta, vio que Fernando estaba sentado allí y con certeza ella volvería para mesa. Quería tirarle en la cara a Maciel que su chica ya estaba con otro y mucho más joven que él. Lo tomó de la mano para sentarse justo con su sobrino, que encontró "casualmente".
- Fernando, pensé que no vendrías.
- Buenas noches, tía. ¡Nunca me perdería una fiesta como esta! Maciel que se alegra de verte.
Él se levantó y lo saludó con un apretón de manos, apretón ese, que Maciel hizo cuestión de dar con bastante fuerza y mirando en los