Jessica sintió que su corazón se aceleraba mientras miraba fijamente a Santiago. Después de todo lo que habían pasado juntos, no podía creer que finalmente había tomado la decisión de darle una oportunidad. Sus mejillas se sonrojaron y se sentía como una niña enamorada. Solo él tenía el poder de ponerla así.
— Santiago — susurró Jessica, su voz temblando ligeramente —. Yo... yo… me gustas.
Santiago le sonrió cálidamente y tomó su mano.
— Jessica, eres lo más importante para mí. Quiero pasar el resto de mi vida contigo.
Jessica se ruborizó aún más y asintió tímidamente. Lentamente, se acercó a Santiago y lo besó de nuevo, sintiendo una oleada de emociones recorrerla. Cuando finalmente se separaron, Jessica se sentía como si estuviera flotando.
— Debo irme ahora — dijo Jessica con pesar —. Pero prometo que volveré a verte pronto y de otra manera.
Santiago asintió y le dio un último beso en la mejilla.
— Te estaré esperando.
Jessica se dio la vuelta y se alejó, su corazón todavía acelerad