✧✧✧ Un día después, en las afueras de la mansión Delacroix. ✧✧✧
Bajo la luz de la mañana, el coche de lujo de Madeleine Dubois se detuvo frente a la entrada de la imponente mansión.
La mujer pelirroja bajó vestida totalmente de blanco. Traje de pantalón, gabardina larga a juego, gafas de sol grandes que ocultaban buena parte de su rostro, y una sonrisa amplia, llena de seguridad y triunfalismo.
Madeleine estaba radiante.
—Bonjour~ (Buen día) —saludó al ver al mayordomo esperándola con expresión fría.
—Señorita Dubois… —respondió Hugo con un leve movimiento de cabeza, sin sonreír.
La mujer no pareció notar el hielo en su voz ni el juicio oculto tras esos ojos imperturbables del mayordomo.
—¿Dónde está Bastien? —preguntó ella, mientras se quitaba las gafas de sol, sin molestarse en saludar con educación. Su entusiasmo era tan evidente que rozaba lo ridículo—. Vengo con noticias maravillosas… Bueno, tú no lo entiendes, pero créeme, esto va a ser histórico para esta familia D