Capítulo 95: ¡Cautiva del Ruso!

Ella sollozó, con la voz rota.

—¡Por favor! No quiero nada… solo dinero. Déjame desaparecer. Estoy embarazada, Tristan…

Él entrecerró los ojos, helado.

—Con más razón. Si es de Bastien, mereces morir.

—¡No! —gritó ella con un llanto desgarrado—. ¡Él nunca me tocó! ¡Jamás!

Tristan parpadeó, confundido.

—¿Qué dijiste?

Ella temblaba.

—Ese niño… podría ser de Viktor Ivanov.

¡Tristan se quedó helado! Sus labios se entreabrieron, los ojos fijos en ella.

—No… —murmuró él, retrocediendo un paso—. No pienso meterme con esos malditos rusos.

Sin darle tiempo a nada más, la agarró del brazo y la arrastró hacia la puerta.

La abrió con violencia y…

—¡LÁRGATE, M@LDITA PERRA MISERABLE!

Sus hombres de seguridad esperaban en el pasillo.

—Sáquenla. ¡Y asegúrense de que nunca más vuelva a poner un pie frente a mí!

Ella gritaba su nombre, pataleaba, pero fue arrastrada por la fuerza.

La puerta se cerró de golpe.

¡POOOM!

………….

La lluvia caía implacable.

Madeleine fue arrojada al cal
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