Capítulo 33: Una mujer libre.
Cédric cerró la carpeta, su expresión era una indescifrable. El hombre tenía una mirada fría, que posó nuevamente en Margot... Margot Dubois.
—Completaré el registro legal en las próximas horas. Como usted pudo ver, el señor Delacroix firmó con antelación. Legalmente, ya es una mujer divorciada, señora Dubois.
Su voz no tenía ningún matiz de crueldad ni consuelo, era neutral y profesional.
El abogado se levantó del sillón individual donde estaba sentado, alisando su chaqueta gris.
—Le deseo buena suerte en sus próximos pasos —añadió ese abogado, con un leve asentimiento de cabeza, sin afecto ni frialdad—. El vehículo que la trajo no fue instruido a esperarla. Me temo que deberá hacer sus propios arreglos de transporte.
Margot le dijo nada a ese abogado en respuesta... Aún procesaba lo sucedido.
Sus ojos permanecieron fijos en un punto invisible entre la carpeta y las manos de Cédric, como si su cerebro aún intentara procesar lo que acababa de ocurrir.
Como si las palabras "