Leticia iba sentada en el asiento del copiloto en el BMW de Rayan camino al centro comercial. Ese día increíblemente lo tendrían vacío a pesar de que hacía poco tenían planeada una misión sumamente importante y en la que Leticia estaba interesada.
Aun recordaba la llamada que había recibido Rayan la noche anterior de sorpresa antes de salir en dirección a reunirse con el grupo.
-¿Qué?- Rayan había gruñido ligeramente- Está bien, yo me encargo.
Leticia, que, a pesar de que había insistido, Rayan no le había dejado ir después de todo dado su estado de salud se acercó.
-¿Qué ocurre?
El alfa se revolvió el cabello.
-Cambio de planes de última hora, la misión se pospone 5 días. No nos podemos acercar a la zona del puerto donde se llevará a cabo la venta de omegas. Dice mi padre que su informante le dijo que la mercancía aún no ha sido llevada al lugar de donde serán movidos al barco.
Ante la mención de omegas Leticia se estremeció y la rabia latió en su corazón. Ya los omegas no eran de po