Capítulo 104
Durante el desayuno, Santiago dio a Diego una contundente lección.

—Abuelo, voy a llevar a Irene al trabajo, nos vamos a subir a cambiarnos primero. —dijo Diego.

—Debes cuidar más a Irene. Ella tiene un trabajo agotador, recuerda que debes llevarla de vuelta todos los días. —Santiago finalmente estuvo satisfecho, y mirando a Irene, dijo—. Ve a subir a cambiarte de ropa, ponte más ropa, hace frío hoy.

Irene no quería en absoluto estar con Diego, cambiarse de ropa juntos, ni ir al trabajo juntos. Pero con los ojos amorosos de Santiago, solo pudo levantarse. Al entrar en el dormitorio, fue empujada contra la puerta por Diego.

—¡Increíble! —Diego miró hacia abajo y la observó, su pulgar deslizó por la esquina de sus labios que habían estado curvados—. ¿Te has atrevido a quejarte al abuelo?

—No, ¿acaso no dije la verdad?

—No finjas inocencia. —dijo Diego—. ¿Estás feliz al verme reñido?

—Ahora entiendes que se llama fingir la inocencia. —Irene escuchó con desdén—. Lola finge todo el tiempo,
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP