Su mano estaba sobre la piel suave de la mujer, acercándose un poco más.
—Te aseguro que quedarás satisfecha. —dijo él.
Bella pensó que realmente sabía cómo manejar las cosas, así que le lanzó una mirada fulminante.
—Hazlo bien, porque si no, ya verás cómo te las arreglo.
—¿Y si lo hago bien, hay algún tipo de recompensa?
—¡Sabía que no eras tan buena persona, viejo! —Bella lo empujó con fuerza—. ¡Fuera!
—Bebé...
—¡Ya te dije que no me llames así! ¿Acaso somos tan cercanos?
Joaquín deseaba poder deshacerse de esa mujer, pero no podía evitar que le gustara. No le quedaba otra que seguir intentándolo.
Irene no tenía idea de que Bella había conseguido a un gran aliado; con él, el ex prometido de Estrella iba a tener un final muy duro.
A la mañana siguiente, ambos subieron al coche de Alonso, listos para ir a Monteluna. Majotán no estaba lejos de Monteluna; en tres horas de auto llegarían.
—Jefe, hay un coche siguiéndonos. —dijo Alonso apenas entraron a la autopista.
Antes, en la ciudad, n