Recordé aquel instante en que escapé de la ciudadela con la ayuda de Alena. En ese momento, surgieron en mí unas hermosas alas. Siempre pensé que se debían a la gema… o a Alena.
—¿Por qué ocultarlo? Todo este tiempo me atormenté pensando que mis padres me odiaban. Siempre guardé la esperanza de recuperar su amor. Busqué una y otra vez formas de ganarme su confianza...
—Tu madre te amó cada segundo. Quise decírtelo muchas veces, pero Hadriel me hizo prometer que no revelaría la verdad hasta que llegara el momento adecuado. Ese momento es ahora. Debes encontrar tu propia verdad y decidir quién quieres ser. Yo no puedo darte tu destino; tú debes elegirlo.
Los sonidos de la batalla seguían aumentando. Era el caos afuera.
Sabía que estaba lista para decidir por mí misma, pero aún debía procesar todo lo que acababa de descubrir.
Aun así, salí.
En el campo de batalla ya estaban Connor, Kaleb y Liam peleando contra las fuerzas de Dargenthu. También estaba Aaron mi hermano… o más bien, Aaron,