Capítulo 026. Su aroma.
En el instante en que Anton vio a Dayann, su buen humor se desvaneció. Mirando a Dustin, la tomó del brazo y la arrastró a una zona de servicio, lejos de la vista de los demás. Una vez a solas, la empujó con desagrado y le recriminó con desdén:
—¿Qué te pasa? ¿Estás loca? ¿Ahora me sigues?
Dayann se tambaleó, evitando caer del fuerte empujón. Con una risa sarcástica, entre lágrimas, exclamó:
—Dime, ¿la amas? ¿Todo lo que dijiste ayer es cierto? Te casaste con ella porque la am...
Antes de poder continuar, sintió un intenso mareo y unas inmensas ganas de vomitar. Se apresuró a buscar un pequeño balde, donde dejó salir toda su frustración.
Anton la observaba, evidentemente molesto y hastiado. Susurró a Dustin:
—Ayúdala a llegar a su auto. Saldré primero, no me convienen los escándalos.
Dustin asintió a la orden de su jefe. Anton regresó junto a Dayann, se acuclilló frente a ella y, con un tono helado, le dijo:
—Sí, ella ahora es mi mujer. Así que mantén a tu familia lejos. Y tú,