La noche y mañana para Dayann Reymond se habían cubierto de una espesa sombra de incertidumbre e ira, no había podido descansar a pesar de que había tomado una gran cantidad de pastillas.
Había dado vueltas en su cama imaginado que Anton y Yalens estarían consumando su maldito matrimonio, eso era una maldición la habían orillado a casarse con Isaak.
Así que después de tomar una ducha y cambiar el vendaje en sus manos antes de que cayera el ocaso descendió y salió como si la llevara un ente extraño azotando la gran puerta de la mansión Reymond.
Sus padres que habían estado en el mismo velo, quedaron desconcertados y no se atrevieron a seguirla, luego encendió su auto arrancando a gran velocidad dejando solo el vestigio del humo y el polvo a su paso.
Unos minutos después estuvo cerca al ingreso de la propiedad Kalman, no podía ingresar, solo desde el ingreso a la mansión un gran bosque se extendía y la seguridad no la iba a dejar ingresar, así que espero pacientemente.
Uno