Capítulo 025. Sus celos.
La noche y la mañana se habían cernido sobre Dayann Reymond como una densa capa de incertidumbre y furia. A pesar de haber tomado una gran cantidad de pastillas, no había logrado conciliar el sueño. Se había revuelto en la cama, imaginando que Anton y Yalens estarían consumando su maldito matrimonio. Era una pesadilla: la habían orillado a casarse con Isaak, y ahora, el hombre que amaba estaba con su insoportable prima. La rabia era un veneno que corría por sus venas.
Después de una ducha rápida, se cambió las vendas de las manos, que seguían doliendo. Al caer la tarde, descendió las escaleras de la mansión Reymond como impulsada por una fuerza invisible, azotando la gran puerta al salir. Sus padres, que compartían su misma oscuridad de ánimo, se quedaron desconcertados y no se atrevieron a seguirla. Subió a su auto, encendió el motor y arrancó a gran velocidad, dejando una nube de polvo y humo a su paso.
Minutos después, se encontraba cerca de la entrada de la propiedad Kalman. No