37

Amelia despertó lentamente, sintiendo un poco de confusión y anhelo. La habitación del hospital seguía siendo fría y blanca, pero algo diferente llenaba el aire; había un nuevo aroma, un aroma a vida. De repente, la puerta se abrió y una enfermera entró con una sonrisa iluminadora.

—¡Felicidades, Amelia! —dijo mientras empujaba un carrito que contenía a sus bebés—. Aquí están tus trillizos.

Ella contuvo el aliento al ver a la enfermera acercarse. En la cuna de cristal, descansaban tres pequeños, dos niños y una niña, todos envueltos en mantitas suaves. Su corazón se aceleró mientras la enfermera los acomodaba en sus brazos. Primero, la enfermera le entregó a la niña. Con manos temblorosas.

—Hola, pequeña —susurró, sintiendo las lágrimas asomarse a sus ojos mientras acariciaba la cabeza de la bebé—. Eres tan hermosa y tan chiquita.

En ese momento, Marcus entró en la habitación, su mirada se iluminó al ver a Amelia con la niña en brazos. Sin dudarlo, se acercó y tomó a uno de los niños,
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP