Capítulo 111
Amelia se desplomó en el suelo, el teléfono aún pegado a su oído, aunque la llamada se había cortado abruptamente. Su corazón martilleaba contra sus costillas, un tambor despiadado que amenazaba con reventar. La imagen de su madre golpeada, la burla de Marcus, y ahora, la confirmación de la muerte de Camila, todo se repetía en su mente, formando un eco ensordecedor que le taladraba el cráneo. La habitación se había transformado en un vórtice de horror y desesperación.
Con manos temblorosas y sudorosas, que se sentían ajenas a su propio cuerpo, volvió a marcar el número. El sudor frío le perlaba la frente mientras la espera se hacía eterna. Mientras aguardaba la conexión, caminaba de un lado a otro en la habitación, como un animal enjaulado, cada paso resonando en el silencio opresivo. Su pecho subía y bajaba frenéticamente, y el aire parecía negarse a entrar en sus pulmones.
—Marcus, no la mates, por favor no le arrebates la vida— suplicó, la voz ahogada por la desesperac