Mónica ya había recibido el reporte que confirmaba que su plan había sido un completo éxito.
El proyecto de Regina había sido saboteado, justo como había esperado que sucediera. Aquello era bastante bueno.
Una sonrisa se extendió por su rostro, muestra de la gran satisfacción que sentía ante la noticia.
Saber que su sobrina fracasaba era sin duda bastante halagador.
—¡Excelente! —exclamó, elevando su copa de champán—. Todo ha salido tal y como lo esperaba.
Sus ojos brillaron con malicia, mientras se recostaba en el sofá de terciopelo para disfrutar de la función.
A su lado, dos jóvenes, de cuerpos atléticos y pieles bronceadas, la observaban. La música comenzó y el espectáculo dio inicio.
Las camisas fueron las primeras en salir volando, revelando unos pectorales definidos y abdominales bien marcados.
Mónica se relamió los labios, admirando a aquellos hombres tan exquisitos.
Luego, los pantalones cayeron al suelo, dejando ver solo diminutas prendas íntimas que apenas cubrían únicam