—Sí, es una mansión y está en el pueblo vecino—me dice Mia.
—Me imagino que debe ser preciosa, no tenían que molestarse.
—Era tu regalo para que te independizaras saliendo de la universidad, pero a como han surgido las cosas ya es hora de entregártela—nos cuenta Alexander.
—Muchas gracias—los abrazo y aprovecho que todas las personas cercanas a mi están presentes—en verdad gracias a todos por acompañarme, no solo hoy, siempre, los quiero mucho a cada uno de ustedes.
Me despido de mis amigos y salgo con mis padres al estacionamiento para irnos a casa; al llegar me quedo un momento en la camioneta con Daniel.
—Daniel, muchas gracias por todo…
—No empieces otra vez con lo mismo Lena, para mi es un placer acompañarte a donde quiera que vayas—me interrumpe.
Me hace reír—tengo que decírtelo porque es la verdad—lo veo con dulzura.
—Ve a descansar, nuestro secreto tiene que descansar bien—me ordena.
—Bien—le digo.
Nos despedimos y entro a casa; le doy las buenas noches a mis padres y me voy a