Mia sale de la cocina y Daniel y yo nos quedamos un buen rato allí, suena mi teléfono y veo que es Bern, no le respondo, pero veo que me empiezan a llegar notificaciones de mensajes de Bern.

“Lena responde”

“¿Qué pasa? ¿Por qué de pronto no quieres saber nada de mí?

“He estado ocupado en el trabajo, pero seguiré insistiendo hasta que respondas”

«Si le respondo es como darle una esperanza y si le cuento lo de la pelirroja puede que lo tome mal, es mejor que lo terminé de alejar por completo, además mi asunto con la pelirroja seguro que se lo dirá ella.»

“Si me sigues llamando cambiaré de número de teléfono” me limito a responderle.

—Lena—Daniel busca mi mirada.

—Disculpa, es Bern.

—Te decía que si quieres ya nos podemos ir a la cafetería, me parece que ya es la hora.

Veo mi reloj—es verdad, vámonos ahora—le respondo.

Nos acomodamos todos en la camioneta y nos vamos a la cafetería, cuando llegamos ya no encuentro a Helga, parece que no hace mucho ha salido para la uni, los guardias de s