En la mesa bromeamos sobre nuestra situación familiar, de algún modo eso nos une aún más como socias. Terminamos de comer y le ayudo a lavar los trastes.
—Lena, no sé en donde te estas quedando ahora, pero puedes ser mi roomie, tengo mucho espacio en este departamento; o si lo prefieres puedo ayudarte a conseguir un departamento como este.
—Muchas gracias Helga, es muy amable de tu parte; pero primero quiero que montemos la cafetería y después con mucho gusto te tomo la palabra para que me ayudes a conseguir un departamento.
—Me encanta que eres muy estructurada y sensata—me sonríe.
—Ahora tengo que calcular bien todos mis movimientos para no dar un paso en falso.
Al terminar, me despido de Helga y le recuerdo que me envié los datos más tarde para nuestra cita con el abogado; pero ella insiste en llevarme a casa, así que no puedo negarme.
En la entrada de casa de Marie me bajo de su cuatrimoto y tomo mi portafolio.
—Nos vemos mañana Helga—le doy un beso en la mejilla.
—Hasta mañana Le