NUESTRA PRIMERA CITA

El auto estaba en completo silencio, todo mientras yo observaba al amable marino que al ver a su comándate salir del lugar nos ayudó.

Lo gracioso fue que en bien este se acercó a él, como si fuese instinto, Emiliano, lo había saludo de manera correcta.

Como si recordara exactamente aquello, eso tal, vez se trata de memoria muscular, no lo entendía muy bien, solo sé que este entro al auto.

Y cuando estaba a punto de dar la dirección al cadete, simplemente se quedó en silencio, como si supiera exactamente que debía decir.

No lo culpaba, aunque recordará todo, él no conocía mi hogar, nunca había pisado mi departamento, no es como si aun siendo “prometidos” hayamos tenido algún tipo de acercamiento

No más allá de planes tontos, y de visitas a su oficina, no más que ello y por esa razón simplemente no lo culpaba.

Yo era aquella que él jamás llegó a tenerle cariño, aquella que solo era una pieza de ajedrez en un juego que al final había perdido.

Por lo que ahora mismo, no era más que un pre
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App