Mundo de ficçãoIniciar sessãoMax salió del dormitorio y fue a abrir la puerta principal. Cuando se abrió, se sorprendió al ver a un hombre mayor de pie junto a una mujer elegante de edad avanzada. A pesar de su edad, ella era hermosa; su cabello blanco estaba recogido en un moño impecable con detalles dorados, y sus muñecas y cuello brillaban con joyas.
El hombre miró a Max con expresión de desconcierto.
—Sí, señor… ¿a quién busca? —preguntó Max con cortesía.
—Eh… ¿y usted es…? ¿Esta es la residencia de la señora Adeline Hernando? —inquirió el hombre.
—Sí, correcto. Soy su yerno —respondió Max, aún un poco confundi







