9. ¿Cómo te atreves a desobedecerme?
—¿Qué haces? —gruñó Polina mirando como desquiciada a Tarah quien se cambiaba a toda velocidad.
—¿Siguen detrás de la puerta los gorilas?
Su amiga entornó los ojos divertida sabiendo que se refería a los hombres de Dimitry quienes ahora no la dejaban sola ni siquiera cuando entraba a clases.
El baño era el único lugar al que podía ingresar sin que ellos entraran junto con ella así que esa mañana se había llevado a la universidad ropa para poder escaparse.
—¿De dónde sacaste esa ropa tan espectacular?
Polina la miró boquiabierta cuando se colocó aquel vestido elegante que se ceñía a su cuerpo como una segunda piel.
—Es parte de “la señora Romanova”.
—Así que Dimitry te está mimando.
Satarah le echa una mirada fulminante a su amiga y esta estalla en carcajadas.
—Más bien está intentando que no lo avergüence con mi estilo de ropa.
—Pues si te soy sincera te queda espectacular.
—No voy a cambiar nada por él. ¿Trajiste la peluca?
Polina saca la peluca natural de su bolso y Satarah no duda