La confusión invadía la mente de Harding mientras regresaba hasta donde se encontraba Miley. Estaba bastante molesto, por todo lo que había visto, pero, más que todo, se sentía molesto con él mismo, por no saber que hacer, decir o pensar sobre lo que sentía. Sentimientos que no tenía claros.
— ¿Vas a volver a salir? Ya me han dado el alta y aun no llega el mayordomo — informa Miley apenas lo ve llegar.— Yo te llevaré — informa Harding al no haber avisado al mayordomo sobre ello.— No es necesario, puedo esperar al mayordomo. — ¿Por qué? ¿No quieres que este aquí? — ¿Te soy sincera? — pregunta Miley y Harding asiente. — Pensé que siempre intentabas ser sincera. — Estoy enamorada de ti, Harding y más que un simple gustar, te amo. Te amo tanto, al pun