La mujer, me empuja con fuerza y yo caigo sobre mis rodillas al no poder mantener el equilibrio. Es allí cuando las chicas se burlan, mientras yo soy levantada sin alguna delicadeza por el tal Penny.
— Siéntate de una vez y espero que no pidas nada más o estarás en graves problemas, pequeña — dice acariciando mi clavícula con su arma.— D-de acuerdo. — susurro angustiada. — Quédate vigilándolos — ordena el hombre entregándole el arma a una de las chicas que rueda los ojos ante la orden. La chica me apunta y comienza a hacer sonidos de disparos con el arma en sus manos. Angustiada por una detonación accidental, me quedo al lado de Harding observando que esta completamente atado a una silla que yo sola no puedo levantar, ni mucho menos liberar.— Deja de hacer tonterías y solo vigílalos — dice Penny y la mujer suspira