Capítulo 59: Lava el lodo
Se dirigieron a la recepción, donde Andrews fue rápidamente reconocido, y algunos empleados se acercaron a su encuentro, ya posicionándose al servicio de Andrews.
—Vaya… ¿por qué tanto alboroto? Un hotel tan grande… —susurró Aurora, sin ánimo, hasta que alguien se acercó y le lanzó una toalla cubriendo su cuerpo.
—No se preocupe por nada, señorita, aquí tenemos los mejores tratamientos. —le dijo la joven con una sincera amabilidad.
"Parece que todos aquí también quieren agradar a Andrews", pensó Aurora, dando una sonrisa falsa a la chica.
—Señor Andrews, la suite ya está lista para usted y su esposa. —avisó la gerente, vestida impecablemente, manteniendo una expresión neutra y profesional.
—¡Claro! —sonrió Andrews, extendiendo la mano hacia Aurora, quien la tomó, entendiendo que era para fingir que estaban bien mientras se dirigían al ascensor. Ella no dejaba de observar a Andrews por la espalda, pensando en cómo él valoraba la imagen y lo que los demás veí