Capítulo 183: Renacer de Amor y Vida
Las luces frías del quirófano flotaban como lunas pálidas sobre la piel sin color de Aurora. Estaba inconsciente, inmóvil sobre la camilla, respirando solo con la ayuda de los aparatos. Los monitores trazaban líneas rítmicas e impersonales, como si su vida estuviera colgada de números y sonidos.
A su lado, Andrews vestía la bata quirúrgica con las manos enguantadas y temblorosas, los ojos fijos en ella. Nunca había estado tan cerca de derrumbarse. Nunca había estado tan seguro de que, a pesar de todo, no podía estar en otro lugar.
Y entonces, el silencio fue cortado.
Un llanto suave, quebradizo, pequeño y poderoso como un trueno en su pecho.
—¡Es una niña! —anunció el médico con una leve sonrisa, levantando el pequeño cuerpo recién nacido, lleno de vida.
Antes de que Andrews pudiera reaccionar, vino otro sonido —más fuerte, más firme. Otro llanto.
—¡Y aquí está el niño!
El tiempo se detuvo. Andrews no se movió. Su corazón parecía querer salirse