Quince.
Sin embargo las cosas no podían seguir posponiéndose.
Cuando por fin llega el tan ansiado día en que celebrarían su aniversario por fin podían distraer sus cabezas con otras cosas, considerando la cantidad de personas que asistieron a su boda -La cual era ninguna porque no hubieron invitados- estaba más que seguro el hecho de que sería un evento masivo, la carnada perfecta para volverse la comidilla de la sociedad.
— Últimamente he pensado en que me hubiese gustado hacer las cosas bien desde el principio considerando que nuestra boda original fue un desastre.
Aquellas palabras de Erick la tomaron por sorpresa, pero de todas maneras Anastasia sonrió.
— No teníamos sentimientos el uno por el otro en ese momento, no me importaba ni siquiera mi propia dignidad así que habría hecho un gran escándalo frente a los invitados. — Confesó con algo de verguenza. — Pero tuve un bonito vestido exclusivo de Gael, eso fue muy bueno.
Erick le sonrió.
— Definitivamente suena a algo que hubieras hecho.