Es la primera vez que puedo hablar con esta mujer sin que haya de por medio ningún truco, sin poderes, sin llantos fingidos para hacerme quedar como la villana. Y aun así, no puedo evitar ese escalofrío que me recorre el cuerpo al tenerla tan cerca.—¿Quieres algo de tomar? —pregunta con aparente amabilidad.—No es necesario, estoy bien —mi expresión sigue tan seria como siempre—. Eres buena fingiendo que no me detestas. Pero estamos solas, puedes ahorrarte la actuación.Bob está cerca, a unos pasos de nosotras, pero dudo que a esta mujer tan astuta le importe mostrarse tal como es, incluso frente a él.—Muy bien —Felicity borra la sonrisa de su rostro y sus ojos claros se tornan oscuros—. ¿Qué quieres en mi casa?Ahora soy yo quien sonríe. Apoyo los codos sobre la mesa y la miro con calma. Felicity parece contenerse para no lanzarse sobre mí.—Tu madre ya debió traerte el chisme —comento con desdén—. ¿No es así? Al fin y al cabo, las ratas siempre se mueven en grupo.—Lo sé todo, Zar
POV: Cole HarringtonCuando regreso a la residencia por la noche, todo está más silencioso de lo habitual. Felicity no me llamó en todo el día como solía hacerlo, preguntando a qué hora volvería. Al principio, su silencio me dio una extraña sensación de calma... pero ahora, algo no me cuadra. Me inquieta que no lo haya hecho.Encuentro a Nora en la cocina, removiendo algo en una olla sobre el fogón. El aire huele a hierbas frescas.—¿Dónde está Felicity? —pregunto, seco. Todavía no confío en esta mujer.Nora se gira con una de sus sonrisas amables, como si todo estuviera bien. Me irrita que finja tanta normalidad cuando sabe exactamente lo que ha hecho.—Está en su habitación —responde con voz serena—. Se ha sentido mal hoy. Tiene dolor de cabeza, así que le estaba preparando una infusión.—¿Y por qué nadie me avisó?—Ella no quiso preocuparlo —dice, tomando una bandeja y tendiéndome una taza humeante—. Ya que está aquí, ¿podría llevársela usted? Asegúrese de que la tome. Le ayudará a
FLASHBACK~Años antes~ Un día más, soportando el hambre y el frío. Como de costumbre, Felicity salió a vender dulces en la calle. Llevaba entre las manos una pequeña cajetilla sucia mientras ofrecía un caramelo a cada persona que pasaba, pero casi siempre era ignorada. Su aspecto andrajoso no ayudaba a inspirar confianza, y el olor que desprendía por no haberse bañado en días resultaba molesto para muchos. Como tantas veces, se sintió frustrada al ver que apenas había vendido unos pocos caramelos. Pensó que volvería al refugio con las manos vacías. Para quedarse allí, debía pagar unas cuantas monedas, y ni siquiera tenía lo suficiente para cenar. Estaba completamente sola. Sin padres, sin hermanos, sin amigos en quienes apoyarse.—Disculpe... —murmuró en un último intento, acercándose a un grupo de mujeres que vendían hierbas en el mercado—. ¿Podría comprarme un caramelo?Una de ellas la observó de arriba abajo. Tenía el cabello rubio, pero sucio; los ojos claros y bonitos, aunque m
Esa misma noche, Roberta habló con su hermana sobre lo que tenía en mente, aunque Nora no se mostró del todo convencida.—Ya le pagamos una mald¡ta escuela solo para que nos llamen constantemente con quejas, ¿y ahora quieres enviarla a una universidad de ricos? ¿De dónde crees que vamos a sacar ese dinero? —le reprochó su hermana con fastidio.—Con los trabajos que he estado haciendo últimamente, podemos empezar a ahorrar —insistió Roberta—. La gente sigue viniendo por curas, amuletos y hechizos. Pagan bien. Piénsalo, Nora. Tenemos que sacarle el máximo provecho a esa mocosa. ¿Te imaginas si llega a entrar a la familia Harrington? ¿Sabes lo que eso significaría para nosotras? ¿O quieres seguir en esta pocilga por el resto de tu vida?—¿Y si esa estúpida no consigue nada? ¿Qué vas a hacer? Ya hemos gastado demasiado en ella y no ha dado resultados.—Yo tomaré el riesgo —una sonrisa codiciosa le curvó los labios—. Confía en mí, hermana. Haré que esa niña llegue a la cima... y nosotras c
Unos días después, Roberta se encontraba en una habitación cerrada, iluminada apenas por la luz temblorosa de varias velas. Frente a ella, un altar cubierto de objetos oscuros: cruces invertidas, hierbas secas, figuras extrañas… pero lo más importante: una foto de cuerpo entero de Cole, su nombre completo escrito junto a su fecha de nacimiento, un mechón de su cabello —que Felicity había conseguido—, velas negras y rojas, tabaco, licor fuerte, polvo de cementerio, un corazón crudo de animal, un muñeco vudú con la imagen del muchacho, un pequeño recipiente con sangre menstrual de Felicity y, como elemento final, una imagen de la entidad demoníaca Lucífugo Rofocale.La luna nueva coronaba la noche. Roberta encendió el tabaco y comenzó a recitar las invocaciones en voz alta, ofreciendo el alma y parte de la energía vital de Felicity a cambio del dominio absoluto sobre Cole.Quemó la fotografía —con su nombre escrito tres veces en el reverso— y mezcló las cenizas con el licor. Un aire gél
POV: Zara Caldwell Evander me informó desde temprano que el contrato exclusivo que tenía con la agencia fue cancelado. Aun así, decidí mantenerlo bajo discreción. No quiero ser el centro de atención ni dar explicaciones. Prefiero evitar entrevistas y cualquier situación que implique presión. Gracias a él, todo ha sido más fácil de manejar.Solo me queda comunicarle a Iris lo que decidí por mi cuenta. Va a enloquecer cuando lo sepa, pero este es mi verdadero deseo. Por eso ahora me estoy arreglando para ir a verla. Necesito ponerla al tanto de todo lo que he hecho para mantener a raya a Felicity. Más que nada, quiero que insista a su abuela para que regrese cuanto antes.Me miro en el espejo. El moretón que Cole me dejó en la mejilla ya desapareció. No necesito maquillarme demasiado.Estoy a punto de terminar cuando la puerta se abre de un golpe seco, sobresaltándome. Bob entra con el ceño fruncido.—¿Qué pasa? No entres así, me diste un susto —le reprocho, llevándome la mano al pecho
POV: Evander Blackwood—¿Por qué me citaste hoy? No es el día acordado —murmura Celeste, cortando lentamente la carne de su plato—. Estás muy callado.Aprieto los cubiertos entre los dedos y la observo en silencio.—Necesito hablar contigo sobre lo que estamos haciendo —respondo con calma. Celeste detiene sus manos.—¿Por qué le das tantas vueltas? —frunce el ceño, impaciente—. Vamos, dilo ya. Algo pasa. Nunca te reúnes conmigo fuera de los días pactados.—Quiero cancelar el compromiso —suelto. El color se desvanece de su rostro—. Escucha, no era mi intención llegar a esto. De verdad pensé en seguir adelante, en cumplir mi palabra. Pero ya no puedo.—¿Qué dices, Evander? ¿Por qué ahora? ¡Por Dios! Todo está en marcha... Mis padres, los tuyos, todos están esperando.—¿Y Ángela? ¿No te importa lo que ella siente? —pregunto con voz baja. La veo tensarse—. Sé que tienes tus razones para empujarte a ti misma a este matrimonio de apariencias, pero no se trata solo de ti. Ni de mí. Está Ánge
POV: Zara Caldwell No dejo de pensar en lo que haré mañana. La culpa y el remordimiento me empujan a hacerlo. Evander ya ha dado un gran paso, arriesgándolo todo solo por mí. Eso, de alguna forma, me obliga a ceder también.Tengo el bolso que contiene el diario de Zara, incluso la grabación de mi conversación con Felicity. Eso, en parte, será clave. Y aún así, tengo miedo. Mucho miedo de cómo reaccionará cuando sepa la verdad. Una verdad que, por ahora, solo él conocerá.—¿En qué piensas tanto? —me susurra Evander desde atrás, abrazándome—. Te noto callada después de la ducha.Suspiro, agotada, y me doy vuelta en la cama para mirarlo. Está desnudo bajo las sábanas, y yo solo llevo puesta una de sus camisas. Hoy decidí quedarme con él. Dormir juntos por primera vez. Y, sorprendentemente, se siente mucho mejor de lo que imaginaba.—No pienso en nada. Solo... en nosotros —murmuro—. ¿De verdad quieres estar conmigo?—¿Todavía dudas de mí? —me atrae hacia su cuerpo y me envuelve con sus b