Finalmente, Sander decidió conservar el enorme mural. Todas sus demás obras se vendieron, y por esa le ofrecieron un buen precio, pero él no quiso venderla.
Bajo sus precisas ordenes y supervisión, los trabajadores de la hacienda montaron la obra en una de las paredes de su habitación y para celebrar su gran excito, él y Sandro decidieron llevar a Catalina a una especie de luna de miel y aniversario de bodas al mismo hotel y a la misma suite a la que habían ido después de la boda, hacía ya más de un año.
—Feliz aniversario, preciosa— Murmuró Sander contra si cuello, después de hacerle el amor.
— Feliz aniversario, pastelito— repitió Sandro, mordisqueando su mentón.
Ella se limitó a suspirar y sonreír, sin decir ni pío, cayendo profundamente dormida.
***
— Bueno , debo decir que es una gran sorpresa para nosotros, Nonna ( abuela).
— Sí, nos resulta extraño que vinieras de Rusia a visitarnos aquí en París. Y además, que incistieras en subir a nuestra suite.
Sofía elevó una retadora ceja