207. Primavera en otoño
4 DIAS DESPUES: REINO HUMANO DE VIENTALIA
La brisa suave del atardecer de otoño acariciaba los jardines del palacio real, trayendo consigo el dulce aroma de ese ambiente otoñal que los envolvía. Erik, lleno de emoción y nerviosismo por esta nueva etapa de su vida, aún no había revelado a su abuelo ni al resto de su familia el secreto que guardaba celosamente: su naciente relación con Celeste.
Cuatro días habían transcurrido desde que ambos, con una mezcla de temor y alegría, se confesaron sus sentimientos mutuos. Esos primeros momentos de descubrimiento eran como un tesoro para ellos, un oasis de intimidad lejos de las miradas inquisitivas y las expectativas de los demás. Sin embargo, en medio de su felicidad, Erik y Celeste habían tropezado con una realidad que les provocaba vergüenza y diversión en partes iguales: ninguno de los dos tenía experiencia besando.
En ese instante que parecía casi mágico para la novata pareja, los dos jóvenes se encontraban sentados en uno de los rincones