En la película que dirigía Basilio, los dos protagonistas eran pesos pesados en la industria. El actor principal, Hernando, llevaba más de una década siendo una estrella. Ya estaba casado, tenía hijos y contaba con una legión de fanáticos incondicionales.
La actriz principal, Carolina, había ganado múltiples premios tanto nacionales como internacionales desde su debut. Su estatus era intocable, y se rumoraba que tenía conexiones tan fuertes que nadie se atrevía siquiera a insinuarle algo inapropiado.
Hernando aún no superaba su prejuicio contra Serena. Seguía tratándola con frialdad.
Carolina, por su parte, parecía distante y de mal genio, lo que intimidaba a la mayoría del equipo. En comparación, la gente se sentía más cómoda con Hernando.
Especialmente Cloris, quien, después de una escena exigente, se acercó con una botella de agua helada y una sonrisa:
—Señor Hernando, debe estar agotado. Tome un poco de agua.
Después de tantos años en la industria, Hernando había visto toda clase