Skylar:

—Abre las piernas, mi amor.

Suelto un jadeo al escucharlo, pero no tardo en obedecer, con un poco de cuidado abro mis piernas. Posa su mano en mi mentón y gira un poco mi rostro para acercarlo al suyo y así, besarme de nuevo.

Nuestro beso es intenso, confieso que el besa demasiado delicioso, para que negarlo. Su lengua juguetea con la mía, nuestras salivas se mezclan entre sí, aun así puedo sentir un leve sabor a mi orgasmo.

Siento su mano libre acariciar uno de mis muslos, su mano sube y sube mas hasta llegar a mi vientre, por último ya no la siento. Aleksander deja de besarme por un momento.

—No sabes lo mucho que me encantas Skylar —susurra en mi oído, luego me besa el hombro—, me tienes a tus pies —susurra.

—No digas eso —jadeo—, no es esa mi intención.

—Entonces lo que me haces sentir, lo haces sin intención —asiento—, buena jugada, mi amor.

—Dices unas cosas —rio.

—Es lo que provocas en mí —hace presión en mi mentón—, me vuelves loco.

Siento cómo se remueve, me tenso cua