Sandro dejó las hojas y el bolígrafo a un lado, la tomó por la cintura y la sentó en sus piernas, se rodó en la cama, hasta recostarse del espaldar y la arregló en su regazo.
—Nunca sentí ni un diez por ciento por esas mujeres de lo que siento por ti, ellas son parte de mi pasado, cuando era un homb