Apenas, soy consciente de las voces.
Me llevo la mano a la cabeza y frunzo el ceño cuando toco algo húmedo.
—Helena.
—¿Sí? —susurro
—Abre los ojos para mí. ¿Sí?
Lo hago. Con lentitud abro los ojos y me encuentro debajo de Cillian.
¿Debajo?
Sus ojos están encendidos con ira.
—¿Qué paso?
—Nos embistieron en un alto. Te acabo de sacar de la camioneta—gruñe.
Miro a un lado para darme cuenta de que estamos sobre el pavimento.
—Cillian.
—No te muevas de aquí—sisea antes de ponerse en pie con su arma en la mano.
Alargó la mano y lo tomo de la mano.
—Ten cuidado.
El miedo se instala en mi vientre. Una figura se hace presente y veo a Fran.
Este se agarra el brazo.
—Los hombres de la camioneta trasera, tienen al culpable del atentado—anuncia.
—Bien. Quédate con ella.
Con ayuda de Fran, me siento y me sostengo contra la camioneta.
—¿Sabemos quién es?
Niega.
—Al parecer son hombres de London.
—Hijo de puta—gruño.
—¿Estás bien? —inquiere—Necesitas un doctor.
Nie