Capítulo 8
Los preparativos de la boda.
Marcela se sentía mal por haber engañado a su abuela, lo hacía únicamente por su bienestar; ahora requería más cuidado y atención. La noción de unirse en matrimonio con alguien que no conocía en absoluto la asustaba. No deseaba casarse sin amor, no quería que llegara el importante día de la ceremonia.
No estaba segura de si podía cumplir la cláusula, ni de tener al heredero que él deseaba, ya que después del aborto que sufrió no sabía si lograría quedar embarazada nuevamente.
Días después, el médico le otorgó el alta y le proporcionó la orden de salida. Marcela, organizó todas las cosas y las metió en la mochila.
La enfermera entró en la habitación, desconectó las vías de administración a la abuela de Marcela, y después se marchó. Marcela asistió a su abuela a vestirse y dejaron la habitación para salir del hospital. Cogieron un taxi en la estación; antes de que apareciera el taxi, llegó el automóvil de Eduard. El conductor salió del automóvil y abrió la puerta; descendió Sandra, l