Capítulo 53. No podía tener piedad.
Después del golpe, se escuchó otro con mucha más fuerza y la puerta se abrió, dejando entrar a un hombre muy grande, el cual se veía bastante intimidante y furioso, sorprendiendo a todos.
Aria se quedó aturdida mirándolo como si hubiese visto a su ángel guardián, no entendía porque él estaba aquí, pero era el único que podía salvarla en este momento.
— Es mejor que la sueltes ya si quieres conservar tus manos. — Advirtió Victor con la mandíbula tensa y entrecerrando los ojos.
— Señor es mejor si no interviene, nosotros somos sus padres y le estamos dando la disciplina que está chica necesita, no es lo que usted cree, ella está casada y anda comportándose como una cualquiera, así que no haga problemas y váyase, ya suficiente hizo con causar daños a nuestra propiedad. — Masculló Melissa molesta, aunque un poco nerviosa porque él aura de Victor se sentía bastante peligrosa.
Al escuchar esto la rabia de Victor creció mucho más, quería asesinarlos a todos en este instante, solo que no