Capítulo86
—Así es, gracias por limpiar siempre las lápidas de mis padres —dijo Julieta.

Luego sacó un sobrecito de dinero y lo puso sobre la mesa y dijo:

—Esta es una pequeña muestra de mi agradecimiento.

El guardia del cementerio la miró brevemente y se rio.

—En realidad, no hace falta que sea tan cortés, sé que usted es fiel a sus padres.

Julieta frunció los labios. Dudó por un momento y preguntó:

—Disculpe, señor, pero ¿existe posibilidad de que me pueda mostrar los videos de vigilancia de hoy?

—¿Qué ocurrió? ¿Usted perdió algo?

—No, hay un ramo de flores frente a la tumba de mi madre. Quiero saber quién lo dejó.

El guardia del cementerio sonrió misteriosamente y respondió:

—Señorita Rosales, no hace falta que lo busque, esa persona no puede ser encontrada.

—¿A qué se refiere con que no puede ser encontrada?

—No va a encontrar a aquella persona en las cámaras de vigilancia. Además, esa persona ha estado viniendo una vez al año por los últimos dos años. Pero él no me deja contárselo, así qu
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